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Blanco

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  "No tenía ganas de nada. Sólo de vivir" Juan Rulfo. En el Chocó, Blanco se “enredó con una viejona” él con 22 y ella con más de 40 años, la hizo parir y al mes de parida se escapó, ella quería cortarle la cabeza por estar en la calle a horas que debía estar en la casa. Lo iba a matar.   Se voló y 14 años después apareció de nuevo reclamando al niño, pero su hijo fue asesinado por la guerrilla o los paramilitares. El muchacho hacía “mandados”, se fue a Turbo Antioquia porque vio amenazada su vida y un día salió de donde estaba y lo mataron, Blanco no pudo reencontrarse con su hijo, más nunca.    Se fue para Chigorodó a trabajar a una finca, su patrón tenía 6 hijas.  Miladys, una de ellas,  de 14 años, se enamoró con Blanco. Y como  pasa siempre, él no era de agrado en esa casa. Se fue a otra finca a trabajar, no sin antes planear la fuga con su amada para tres meses después. Paciente esperó y una tarde con dos primos se fue monte adentr...

Luz de contacto

  A Carlos Mesa. “una cicatriz es también un albergue. yo la puedo llenar de sustancias o de pellejos cuando hay encuentros. siempre queda la marca así sean muy sutiles (se sabrá de la lluvia porque uno está mojado)”  Carlos Mesa.   La luz que pasa por el desfase de las cortinas, brilla con intensa armonía en el pálido y fingido piso.  El sol parece agua que flota, es una bella imagen que sacude las ventanas, pero es también extraño cuando es el viento con su ligera brisa el que invita a navegar al mismo sol que inunda y seca casi todo. Una determinada intensidad deja que ese batir de cortinas haga que el mismo sol de agua, se convierta en luz, en esa luz que al igual que los días, se va sucediendo de formas diferentes y uno del mismo modo, se vaya sucediendo en una rueda loca que gira sobre sí misma. Hoy llueve.   Veo el paraguas naranja con negro que una vez me prestó Nectalí y que nunca le devolví y veo el paraguas como un gesto poético de cont...

Violetas

  “Sólo aquello que se ha ido es lo que nos pertenece” Jorge Luis Borges.     Recordé unos animalitos de papel que un día se hicieron para mi: una mariposa y un pájaro, junto a otros dos, una jirafa y un camello.   La jirafa tenía una pata más corta que las demás y necesitaba apoyarse sobre el pájaro, la mariposa o el camello, este último con el rabo más grande que su cuerpo lo obliga a estar parado como si fuera un perro y no un camello.   Estirado y con la trompa hacia adelante con punta roma, el camello, dejaba dócilmente que la jirafa se descargara sobre él, sin problema en posarse con ella mientras el sol de media tarde atravesaba una pequeña ventana, iluminada con descaro.   Un día, los animalitos de papel no estaban. Sufrí un pequeño infarto parecido al que puede tener una persona cuando sus animalitos de papel desaparecen.   Luego de buscarlos incansable y torpemente, los encontré, arrumados junto a una caja de pastillas de violetas de Fla...

Río de sol

  “Lo malo no está en que la vida promete cosas que nunca nos dará; lo malo es que siempre las da y deja de darlas.” J uan Carlos Onetti.     Un pequeño río de sol entra en medio de dos alas de cortinas, una ondea como las montañas que hay en frente, la otra apacigua la onda como el valle al caer el día. El hilo de luz se mueve por el efecto del vidrio que aún no abrió, pero que próximo dará paso a un cálido viento que moverá las aguas del sol que entran y navegan en la tierra que finge ser el mármol.   Ahora debo adorar, dijo en forma de plegaria ( ad oris , significa llevar a la boca), en tono agradecido, sintiendo que el viaje, así como el mito se cuenta con música y canto, ese viaje de  adoratio  se debía contar, en algunas ocasiones sin ritmo ni son y otras, con gesto, palabra y espíritu.     Pensó que el astro rey ha danzado su circular tiempo y no en vano todo acabará y con ese don de la naturaleza que da siempre en abundancia dijo su ...

La violencia de Onetti

Cuando uno termina de leer a Proust uno no sabe que sentir, si una frustración horrible o deseos de salir a la calle a gritar mientras se llora, es como aprender: dolor, presión, angustia, desasosiego, pero también complacencia, satisfacción y bienestar.   Gilles Deleuze en su trabajo sobre Proust y los signos nos advierte que la búsqueda del héroe proustiano es aprendizaje y no memoria, una vuelta hermosa a recomenzar y reconocer cada vez. Por eso el tiempo es recobrado en la infinita verdad del aprendizaje “se trata no de exposición de la memoria involuntaria sino del relato de un aprendizaje” [1]  y ese aprendizaje es una violencia que nos impulsa a la búsqueda, una violencia sobre el pensamiento. Pero el aprendizaje no se consigue a través de la buena voluntad de la amistad y la filosofía que se “ponen de acuerdo sobre la significación de las cosas, de las palabras y de las ideas”, [2]   sino, por medio del amor y el arte, porque estos nos violentan al punto...

La sal de la Tierra

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  "No todos somos fugaces, algunos ardemos para siempre" Frank Canteros     La tierra se habita como si ella fuera una pertenencia, pero uno pertenece a ella, la naturaleza que llamamos, nos posee, nos recoge y somos en ella lo que ella quiere que seamos. No es una máxima, pero es un hecho que se constata cuando vamos y nos enfrentamos a “lo natural”.   Salimos de Medellín buscando lo que íbamos a buscar, Pedro, Gio y Alejo, entusiastas entraron a la zona como se pasa por cualquier calle.  Las aguas de este lugar guardan adentro muchas cosas. Dicen los Jaibanás, que los espíritus, humanos y no humanos, los llevan a las cascadas y al río. Uno que viene sin mito ni rito entra al agua desprevenido, como si ella estuviera ahí para uno. Pero el agua corre y corre hacía abajo y eso no es casualidad, parece una verdad de Perogrullo. Muchas veces corre hacía arriba, solo que no se ve, pero lo hace.   Ponga el pie duro ahí en la mitad, me decía el guía con raíces in...

La forma de las ruinas

“Fiera venganza la del tiempo Que le hace ver deshecho lo que uno amó Este encuentro me ha hecho tanto mal Que si lo pienso más termino envenenao Esta noche me emborracho bien Me mamo bien mamao pa' no pensar”  Enrique Santos Dicépolo     Orlando llegaba a la casa y ese día siempre era de fiesta, los longplay de 33 y 45 RPM estaban siempre listos: tangos y boleros, algunos de música colombiana, otros de música romántica tocada con orquesta. Se tomaba aguardiente y se jugaba parqués y ajedrez.   Mi abuelo lo recibía como si fuera su más querido compañero y todos los demás, gozábamos de su buen humor y del ambiente que traía la visita.   Cuentan mis tías y mi abuela (no se si me lo estoy inventando o fue un delirio febril) que ellos fueron como hermanos, empezaron en Aguadas Caldas el negocio del ron envuelto en fique que vendían a los franceses. Mi abuelo era del valle del cauca y mi abuela de Aguadas, como siempre pasa, se enamoraron y el papá de mi abuela no le...

En un caserío al lado de un raudal.

"Según la pequeña historia, tantas veces más próxima a la verdad que las escritas y publicadas con H mayúscula, cinco médicos rodeaban la cama de la moribunda. Y los cinco estaban de acuerdo en que la cien cia tiene sus límites." Ella - Juan Carlos Onetti. Tres episodios marcaron mi infancia, el asma, los libros que mi hermana no leía y los remedios que mi madre me hacía tomar. Por el asma que padecía debía mirar por la ventana los juegos de niños que yo no podía hacer, pues el clima y las actividades agitadas me envolvían en un estado maligno próximo a la muerte, los libros que mi hermana no leía yo los leía, quizá para que ella sintiera furia de ver mi complacencia con algo que ella nunca entendería, esa era mi venganza, esa era la manera como mi rabia podía salir sin que me tuviera que agitar y así tomar revancha por su buena salud y por las complacencias de mi madre.   El primer libro que dejó a medias mi hermana fue El discurso del método, de René Descartes, lo pidieron ...

El flaco Menotti.

"Nuestras vidas realmente no nos pertenecen, pertenecen al mundo, y a pesar de nuestros esfuerzos por darle un sentido a éste, el mundo es un lugar que va más allá de nuestro entendimiento."  Paul Auster   Nací en 1978 y no vi nada de ese campeonato mundial, tampoco lo vi jugar, menos dirigir, el mundo era otro mundo y el fútbol era otro fútbol. “El Flaco” ya lo había hecho todo cuando apenas yo despertaba a la vida.    En 1986 estaba en el campo, en Concordia Antioquia y veía como “El Pelusa” llevaba a la Argentina a su segunda conquista del mundo. Nunca lo voy a olvidar, estaba sentado en medio de palos de café, mazorcas en las piernas y un televisor sin colores viendo el triunfo de los latinoamericanos, Maradona se quedó siempre en mi, por siempre y para siempre.   En 1989 en noviembre cayó el muro de Berlín, pero para mi corta edad lo importante era que en 1990 se jugaba el mundial de fútbol en Italia. El mundo no sería el mismo y todo lo que significaría It...

Una vez que una cosa se ha ido, es el final

  “Nada dura, ni siquiera los pensamientos dentro de ti. Y no debes perder tu tiempo buscándolos. Una vez que una cosa se ha ido, es el final”.   El país de las últimas cosas - Paul Auster     Como sucede con muchas cosas que son buenas y justas, lo conocí por casualidad, sobre todo porque mi desinterés por los escritores modernos es constante y me pierdo en aquellos más “viejos”, puede ser una comodidad anodina o una falta ridícula de experimentación en la literatura, que me gobierna.   Elena, la profe, en un cambio repentino, decidió que leyéramos a Auster en lugar de a Le Clézio. Algunas veces como para muchas cosas como se dice, hay que llegar tarde, como al tango… hay que haber vivido. Tarde llegué a él con “el país de las últimas cosas” y fue un buen descubrimiento y cuando digo bueno, lo digo porque en él uno se acerca al espíritu.   Tracé cruces con Onetti, Tolstoi, con Kafka, con  William Faulkner, con Chéjov, nunca me atreví con Joyce ni Prou...