5 Matrimonios

 El cansancio me trae pensamientos sin esperanza.

 

Juan carlos Onetti.

 

 

 

Carolina llevaba encima 5 matrimonios, tres por la iglesia y dos convivencias, dirían los cristianos, en pecado delante los ojos de Dios; de los 5 le quedaron 2 hijos, una hija que murió de leucemia y otro que “no sirve para nada”.

 

Se vino de la capital para Medellín por 13 días y decidió quedarse, su pareja se devolvió y desde eso son y no son nada.

 

Maneja un carro negro, entre bueno y destartalado. Aprendió a manejar a la brava en Bogotá.

Sin empleo y con una mano adelante y la otra atrás, un día se montó en un carro y le preguntó al conductor que si le iba bien, el hombre no se quejó y ella con los dones femeninos le pidió el número de teléfono al conductor y él, ni corto ni perezoso, emprendió la conquista.

 

Con lo que le quedaba de liquidación se compró un Renault 9 rojo, no sabia un ápice de conducir, su padre se opuso, pero ella con sangre Santandereana le importó muy poco.

 

Llamó a su nueva conquista, le contó que ya tenía un carro pero que no sabía manejar, él la recogió y le enseñó en una tarde a mover el carro.

 

Su hija que a este hoy tiene 13 años, 9 de muerta, como dice ella, se enfermó y por cosas de la vida terminaron en Medellín, haciendo una visita y ella no se quiso ir. 

Su pareja se devolvió a la capital y desde eso ella está soltera, dice Carolina con duda.

 

Un día su enamorado conductor la llamó desde la cárcel y ella se “enloqueció”.

Él parqueó su carro encima de un puente, se estaba quedando dormido de manejar ya muchas horas y al intentar abrir la puerta sintió un cimbronazo y vio volar un cuerpo que quedó atrapado en las llantas de un bus que estaba delante de él.

 

La mujer que conducía la moto, murió aplastada por el bus y él, decía el reporte, había causado su muerte.

 

Un abogado ducho en el tema, lo sacó, porque: “el que pega por detrás paga”. 

 

Carolina lloró una semana pero no se quiso devolver para la capital, dice que allá, solo tiene 5 matrimonios y que pa más de lo mismo, en Medellín está mejor.

 

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