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EL VALLE SAGRADO

 “Me peina el viento los cabellos  
 como una mano maternal: 
 abro la puerta del recuerdo  
 y el pensamiento se me va. 

  Son otras voces las que llevo,  
 es de otros labios mi cantar: 
 hasta mi gruta de recuerdos  
 tiene una extraña claridad! 

 Frutos de tierras extranjeras,  
 olas azules de otro mar,  
 amores de otros hombres, penas  
 que no me atrevo a recordar. 

 Y el viento, el viento que me peina  
 como una mano maternal! 

 Mi verdad se pierde en la noche: 
 no tengo noche ni verdad! 

 Tendido en medio del camino  
 deben pisarme para andar. 

 Pasan por mí sus corazones  
 ebrios de vino y de soñar. 

 Yo soy un puente inmóvil entre  
 tu corazón y la eternidad. 

 Si me muriera de repente  
 no dejaría de cantar!” Pablo Neruda.    Me peina el viento los cabellos y el zumbar del aire me mueve hacía arriba, me eleva y me estremece en lo alto del río Urubamba desde la cumbre, no por nada s...

CON EL MAR METIDO ENTRE LOS DEDOS

    “El grado de velocidad es directamente proporcional a la intensidad del olvido. Pueden deducirse varios corolarios de esta ecuación, por ejemplo éste: nuestra época se entrega al demonio de la velocidad y por eso se olvida tan fácilmente a sí misma. Ahora bien, prefiero invertir esta afirmación y decir: nuestra época está obsesionada por el deseo de olvidar y, para realizar ese deseo, se entrega al demonio de la velocidad; acelera el paso porque quiere que comprendamos que ya no desea que la recordemos; que está harta de sí misma; asqueada de sí misma; que quiere apagar la temblorosa llamita de la memoria.” Milan Kundera. La Lentitud.      El mar se asomo de manera breve, entre vientos y árboles pasajeros por la velocidad, ninguno de nosotros dentro del carro hablaba; ellos miraban al frente mientras yo podía avisar  que el aire y el mar se podían ver, un nudo seco se hizo conmigo mientras el aire acondicionado del carro fingía ser el aire salado q...

NUNCA MÁS JUGAMOS FÚTBOL

  Yo jugué en Pony fútbol. En un equipo de Itagüí, entrenábamos en la cancha de Polímeros. Me pusieron a jugar de volante central y yo era defensa por el lado derecho. No di pie con bola. La camiseta era naranja. Tavo mi amigo no pudo jugar porque cumplía años un día antes y se pasaba la edad. "Cremas" era un cálidos, el 10, el 8 , el 9, el que lo pusieras. Estuvo en el Envigado pero se compró una moto, se quebró un pie, se enfiló en la mafía y lo mataron. Oliver mi pana, era el central, nos mirábamos y sabíamos donde correr. A él también lo mató la gente de Pablo Escobar. Magnolia nos entrenaba y ninguno fue futbolista. Unos quisieron tener plata, Nectali y yo, leer libros.   Ese torneo será por siempre mi recuerdo de esos amigos de la infancia que mataron. Murieron muchos más. Solo quedamos tres. Uno se dedicó a beber y después de dos hijas se fue a la USA a trabajar en lo que le resulte, a tener motos y tomar Wiski en la playa. Nectali puede ser la mejor persona que conoz...

PERO EL FÚTBOL...

  Nectali se fue a la Argentina, se llevó casi nada y una cámara Pentax Zmil, vendía unas manillas bastante feas y en el camino se conoció con un argentino y su familia de apellido Bosquian, fueron su familia, nunca los he conocido pero ellos tienen mi corazón. Fueron para él, todo.   Hinchas de Boca  y  con Necta  nos contactábamos por cartas y cintas de cassettes que nos envíamos por correo ordinario. Nos aprendimos las canciones de los “bosteros”  y fuimos de la 12, campeones algunas veces como pasa en el fútbol.  Los perros de él, con los años se llamaron:  Román y Draco. Uno por Juan Román Riquelme de Boca  y otro por Robi Draco Rosa, por que a la flaca, Cristina,  era fan del otrora Menudo. Había que partir los amores. Yo lo hubiera llamado Martín Palermo. Teníamos un CD con las canciones de Boca y las cantamos cuando le ganamos al Madrid en el mundial de clubes y nos fuimos a Jardín, un pueblo en Antioquia. Volvimos, más bos...

LA HIJA DE ATAHUALPA

"Y oyendo ese tambor eres la luna que resuena en la noche. Eres el sol que esta escondido hondamente en la noche. Eres la espada roja donde bailan de noche,(… ) muchacha bella llena de relatos”.   William Ospina.     Podrá ser extraño o quizá sospechoso, pero sólo a la luz de la imaginación uno puede entender los absurdos de la razón mientras con la lupa de los ojos ve aquello que quiere o que simplemente desea.    "Los hechos de aquellos tiempos no podían ser un cuento si a la vez no eran canto". Por eso todas las historias son de amor incluso aquellas que no, por eso ésta no dejara de serlo tanto en la ficción que vuestro entendimiento presiente como en la realidad del corazón que imagina. El recuerdo siempre será el mismo, como indicador solemne de quien revisa con insistencia aquella voluntad de la memoria que procura escapar pero que permanece presa de una fantástica fábula llena de cantos (como se ha dicho), de flechas, navajas y horripilantes relatos que ...

LA SAL… LO SALA

Los senos de la mesera tiene  forma de pera, el escote de su blusa dejan verlo, su ropa interior adornada de flores y  moños violetas dejan entrever que así es.  Al fondo un paralítico toca la guitarra y canta un cover de Nancy Sinatra : These Boots Are Made for Walking. L o canta casi con la misma dulzura que  la rubia Nancy que nos provoca con sus piernas, yo aprieto los ojos intentando no ser  tan evidente en la conmoción… aún así no paro de lagrimar. -siempre fue mejor que vieras a Alejandro, estas muy mal de esos ojos, mira como te lloran. Lo que ella no sabe es que no es la alergia ni la infección, estoy llorando de verdad mientras mastico y salivo atorado de carne y pan. La maga de Cortázar  sigue dando vueltas en mi cabeza junto al sabor de cigarrillo y tequila. No dejo de pensar en ella y en las heridas que tiene Silvia en la pierna derecha, realmente pienso más en sus piernas que en su herida, ella que es en mi como Inés de Atienza bañada en hierb...

EL ASTILLERO

Desde su partida, vine a habitar este lugar, y adentro soy como su ruina. Mientras el tren cruza por la avenida, me deja ver el río, todo el puerto y los astilleros; el viento trae consigo una humedad fétida que inunda las cosas y los rostros abyectos se muestran descompuestos. La ciudad se ve lejos, en bruma y nostálgica, como si estuviera bañada en polvo e incienso. Húmedo, he dicho, pues todo parece estar afectado en su armonía interna, como si todo estuviera arrugado por el agua que se seca y se contrae; todo parece pasar, y a la vez, todo le sobrepasa. Nunca he visto Montevideo, pero desde aquí siento que lo percibo. Claudia se fue a vivir allí y ahora yo vivo en esta casa, aprendiendo de nuevo cómo se vive la vida: temblando a veces, sonriendo otras, tranquilo tal vez, cauto, puede ser, esquivo, seguramente, apesadumbrado, no cabe duda. Este lugar que habito aún no tiene hábito, y dicen que lo que se deshace a pedazos muere o se petrifica. Pero no es esta casa la que se va royend...